jueves, 7 de diciembre de 2017

STOP A BULLYING

Hoy os vengo a contar como una etapa como la adolescencia que debería de ser una de las mejores se puede convertir en tu propia pesadilla y vivir un autentico infierno.
Creía que a dejar primaria y pasar a la educación secundaria obligatoria sería lo como entrar en la universidad pero para los más pequeños. Estaba ilusionada y creía que ya era mayor pero en verdad era una niña que aparentaba ser mayor para  agradar a un grupo de chicos que pasaban la mayor parte del día conmigo.
Poco después de empezar las clases recuerdo que había dos chicos que habían repetido y se creían los guay en clase, uno de ellos no le caí muy bien y se burlaba de mi. Yo me lo tomaba como el graciosillo de clase pero poco después empezaron a ser más chicos que se burlaban…
Me dediqué a pasar aunque en verdad era difícil ya que también se burlaban por las notas que sacaba, me decía que aprobaba por pena. Siempre he reconocido mi potencial para saber que eso nunca ha sido verdad todo lo que he conseguido lo he hecho por mis esfuerzos pero a una niña de trece años no entiende eso y a pesar de que en primero de la E.S.O me dieron matrícula de honor junto a dos compañeros el siguiente curso no quería que me mirasen como la chica que por tener discapacidad da lástima a los profesores y por eso me aprobaban por eso ese año aunque seguían metiéndose conmigo me mostré más rebelde y empecé a sacar bajas calificaciones, todo por ser una más como ELLOS. Finalmente conseguí aprobar segundo de la E.S.O pero las burlas, los insultos, las amenazas seguían en el siguiente curso, intenté que no me afectara en los estudios pero aunque no quisiera siempre afectaban. Recuerdo como en los recreos me iba a los servicios y me quedaba ahí durante los treinta minutos que duraban, era el único rato que podía estar tranquila en cierta manera. Cuando volvía a clase era un infierno sobre todo entre clase y clase, me sentía tan sola, tan pequeña a lado de mis compañeros que era imposible sentir que era una más de ellos pero seguí en esa clase, con ellos, no quería rendirme y cambiar de instituto, para mí la que nunca se rinde, sería un fracaso eso me lo auto repetía mil veces… También recuerdo que a veces se lo decía a algún profesor pero solo lograba que me tuvieran más manía y que me tacharan por chivata lo cual hizo que al año siguiente me callara y aguantara más hasta que un compañero de clase que en primero le parecí caer bien hizo que explotase y mi estado emocional y psicológico estuvieran en el borde de un hilo. En cuarto de la E.S.O me quiero entretener aquí y poder contaros que fue el peor año de mi vida como estudiante a pensar de haber vivido los tres anteriores también del mismo modo.  Qué decir de mi penúltimo año en la E.S.O? Fue lo peor, empecé con ganas ya que los que se burlaban de mi se fueron quedando atrás o quitando del instituto, creía que ya se iba a acabar, que sería el último año diferente, más adultos con otras metas y pensar en una salida laboral o seguir estudiando pero había una chica repetidora que no se por qué pero la tomó conmigo y varias veces me tiró encima con un bote de zumo vacío o con un pañuelo sucio a la cara pero eso no era todo y como ya he dicho antes ese chico que parecía caerle bien un día también me di cuenta de que me imitaba cuando hablaba, yo al principio me reía pero luego esa broma se convertiría luego en un empujón que si no llego a estar sujeta a la barandilla me cae por las escaleras… por suerte quedó ahí en una broma de mal gusto.
Después de eso seguían las burlas de él y de otros compañeros pero yo ya no podía aguantar todo lo que estaba soportando y lo que también arrastré durante años atrás… Recuerdo que al volver de instituto era un alivio, cuando terminaba de comer estaba deseando encerrarme en mi dormitorio, poner música y hundirme en mis pensamientos hasta que un día me levanté y no quería volver a ese instituto, llorando le dije a mi madre que no quería ir, que se metían conmigo y que me pasaba los recreos en los baños encerrada y que no podía más. Días después volví a ir pero a otra clase, me tuvieron que cambiar de clase aunque no era yo la que tenía que irse, yo no tenía el problema, eran ellos….esas mismas palabras me dijo una psicóloga que tuve que ir porque creía que el fallo era mío pero en verdad es que fui dos veces una para conocerme la terapeuta y la otra para decirme que yo allí no pintaba nada, que eran ellos quien tenían que estar allí, triste pero si… 
De todo esos cuatros años aprendí que la etapa de ser una niña a una adolescente que debe de ser una de las más bonita, para mi fue lo peor, nunca pensé que viviría una situación así pero también me enseñó a ser fuerte y a no rendirme.
 Hoy me doy cuenta de que mis compañeros no eran realmente cocientes de que sufrí ACOSO ESCOLAR.



martes, 5 de diciembre de 2017

Aprendí que desde el minuto cero de vida la supervivencia es lo primero que te enfrentas. Cuando nací estuve entre la vida y la muerte, solo bastaron unos minutos para que ocurriera una negligencia médica que cambiaría mi vida.

Nací sietemesina y en vez de entubarme creyeron que estaba perfectamente pero mis pulmones no estaban formados por lo cual me faltó oxígeno y me afectó a la coordinación motora, es decir, parálisis cerebral. Durante los primeros meses todo iba bien pero cuando llegó el momento de hacer lo que todos los niños aprenden como es mantenerse sentado, yo me iba para los lados o a andar, yo ni me mantenía de pie...desde entonces empecé a ir de médicos en médicos.

A cabo de meses nos dijeron que me iba a quedar en silla de ruedas y que no iba a poder hablar ni moverme por mi misma. Tres años fui a una asociación para realizar rehabilitación, allí me he tirado diecisiete años y hoy en día puedo decir que si no fuera por esos profesionales que trabajaron duro conmigo ahora mismo no estaría escribiendo esto por mi misma.

Siempre he sido una chica luchadora que se ha querido superar, y cuando veía a mis primos correr yo iba detrás, siempre he querido verme como los demás por eso no me gustaba la que me mirasen como la discapacitada y hoy en día me doy cuenta de que todos somos iguales que la palabra discapacidad no existe, sino que todos tenemos capacidades y virtudes diferentes pero cuando eres niño te hacen ver lo contrario que eso es otro tema que hablaremos otro día.